Hoy quería
empezar con un título contundente y verídico porque aquí donde lo leeís el pasado 7 de agosto en la State Fair de Ohio la princesa cerdo fue la sensación del
verano. Yo sólo tuve el placer de ver en la State Fair de Indiana a la princesa de la miel, Miss Indiana y
un par más que desconozco el motivo de su reinado y después de 4 horas de feria
empecé a sospechar que las bandas las repartían con las cajas de cereales.
No sabía que
Estados Unidos era un estado tan rural sólo pensaba que en ciertas
zonas como Kansas la vida de campo estaba a la orden del día pero no es así.
Cada uno de los 50 estados de Estados Unidos tiene una State Fair en la que
compiten por tener el calabacín más grande, el melón más pesado o el cerdo más
obeso. Cuestión de culturas supongo pero a mí que no me vendan la moto de que
en Europa estamos más retrasados porque
no se lo cree nadie. Vale hay que admitir que USA tiene sus puntos positivos como su afán maniático psicótico por trabajar, dinero y gente brillante como Bill
Gates o Neil Arsmtrong, el primer hombre que pisó la luna un 20 de julio de
1969 y que nos dijo adiós el pasado sábado. Este último era de Ohio y estudió en Purdue una de las universidades más importantes de Indiana junto
con la Indiana University.
Aquí los universitarios se toman muy en serio su
papel de yanqui estudiantes llegando a tener rivalidades extremas. En cualquier tienda te puedes comprar unos
calzones o unos patucos de la universidad de turno. Será que con lo las cifras
astronómicas que pagan por estudiar en el “collage” les da para comercializar con el
merchandising porque ¿para qué dedicar el dinero a una sanidad pública pudiendo
comprar unas zapatillas de estar por casa de Purdue por 40 dólares?. Que cada
uno cuide su cuerpo serrano en casa que
para eso es su body, hombre faltaría más . Qué más da si 1 de cada 3 estadounidenses es
obeso y si el gasto médico relacionado con el sobrepeso asciende a 147.000 millones de dólares al año si en las tiendas
de la universidad las tallas están adaptadas para ellos. Contradicciones que no
paran de chocarme y que no se si en el mes que me queda en Estados Unidos
llegaré a entender.
Siempre me quedará ser como la “pork princess” que besa al
gorrino para ver si se convierte en... ¿un príncipe XXL?